Wednesday, January 27, 2010

11 momentos donde inexplicablemente lloro en las películas

Me he dado cuenta que no es durante los momentos más emotivos en las películas ni en los finales tristes cuando lloro. Es durante los momentos cotidianos y escenas que no dicen mucho pero me rompen el corazón.

**Spoiler Alert** Si alguien no ha visto alguna de las películas aquí mencionadas, es mejor que no lean el respectivo apartado. 

1. The Green Mile - "I'm smellin' me some cornbread"
Una de las películas más tristes que se hayan hecho y la escena en la que invariablemente lloro como nena es cuando Tom Hanks le lleva un pan de elote a Michael Clark Duncan y él se lo come alegremente. Puedo aguantarme toda la película, pero ahí me deshago.

2. Look Who's Talking Too - "What are you doing to my friend?"
El hermano grande tiene un arranque de celos y decide decapitar al pingüinito de peluche de la hermana menor mientras ella observa con agonía. Después ella se reencuentra con el juguete sin cabeza y recuerda con tristeza lo ocurrido.

3. Everybody's Fine - $600 grill
El remake de Tornatore protagonizado por Robert DeNiro es la película más triste que haya visto últimamamente. Pero no fue el devastador final lo que me hizo llorar, fueron las primeras escenas del protagonista buscando impresionar a sus hijos que lo van a ir a visitar. Entusiasmado va al súper buscando un asador nuevo y el mejor vino que tuvieran. Arma el asador en su jardín y prepara todo para que todos sus hijos le cancelen de última hora.

4. I Am Sam - Ice Cream Cake
Es imposible no llorar en esta película. Pero a mi la secuencia que me pone muy mal es cuando Sam quiere llevarle un pastel a Lucy. Primero se le olvida en la banca donde esperaba al camión para ir a visitarla. Cuando regresa por el pastel, el camión se va. Lucy lo espera impaciente porque se le hizo tarde. Llega a verla y justo cuando corre se cae el pastel al piso.

5. ET - "He came to me!"
Otra película con cientos de momentos para llorar y yo escojo uno muy extraño. Elliot y ET huyen al bosque con su aparato mágico que no sirve de mucho y se enferman gravemente, desde el momento en que encuentran a ET todo pálido en el río hasta que le están haciendo CPR mientras Elliot grita, soy un mar de lágrimas.

6. Wall·E - Hello Dolly
Olvídense de Eve y el mundo apocalíptico. Muero cuando Wall·E encuentra una tapa en la basura y la guarda en vez de compactarla. Llega de regreso a la camioneta donde vivía, pone un video de Hello Dolly y en la escena de Put On Your Sunday Clothes imita los movimientos de los actores utilizando la tapa que había encontrado como sombrero.

7. Forrest Gump - "Hello, Mr. Gump"
Antes de ver a Bruce Willis muerto, Haley Joel Osment fue tierno e interpretó el papel del hijo de Forrest Gump. No se si es porque me conmueve la ternura del momento, o algo parecido, pero la escena en la que Forrest conoce a su hijo siempre me hace llorar. No lloro cuando se muere su mamá, su mejor amigo o su novia. 

8. Pinocchio - Monstro the whale
Prácticamente desde la aparición de Stromboli, Pinocho es una tortura para mí. Pero cuando la ballena se traga a Gepetto, el mundo se me viene encima.

9. I Am Sam (round 2) - Big Boy Burgers
I Am Sam merece dos posiciones en esta lista porque está llena de pequeños momentos en los que se me salen las lágrimas. El momento en que Sam sufre porque la mesera del Big Boy no le quiere servir unos pancakes como en IHOP. Dios, no hay situación más frustrante y desesperante en la historia del cine.

10. Cast Away - "Wilson!"
Honestamente no es una película que me guste mucho, pero si hay un personaje que vale la pena es Wilson. Es prácticamente la razón por la cual la película no es 80% muda. Tom Hanks logra salir de la isla en una balsa, y llevaba a su único compañero, un balón de volleyball. El protagonista ha formado una conexión muy profunda con este balón y eso se refleja en la escena que me hizo llorar desconsoladamente. En una tormenta, Wilson es aventado al mar y aunque Tom Hanks quiere rescatarlo le es imposible, su amigo flota a la deriva. Es impresionante como después del suceso, pierde toda esperanza y permanece en la balsa como si nada más importara.

11. The Notebook - Allie no reconoce a sus hijos
Todo mundo llora en esta película. Es muy triste. Pero el final no tuvo ni remotamente el mismo impacto que una escena a la mitad de la película. Los hijos y nietos de Allie van a visitarla al asilo. Ella no sabe quienes son y se incomoda en su presencia. Gulp. Es la clara representación de mi peor pesadilla.

Friday, January 22, 2010

Du sucre

Tengo una manía por las diferencias culturales y los shocks que provocan en cada persona. Pocas cosas me fascinan tanto como las diferencias entre personas de diferentes orígenes

Con el paso del tiempo he desarrollado una especie de obsesión por vivir esas diferencias lo más intensamente posible. Desde el lenguaje, gestos, tonos y costumbres, hasta preferencias en la música, la comida y los estilos de vida. Tengo un interés especial por los franceses. Las caras que hacen, como truenenan la boca cuando hablan, como se visten y, particularmente, sus hábitos alimenticios.

Hace unos años encontré una película cuyo tema central es la comparación entre las conductas, costumbres y percepciones de los franceses y los norteamericanos. Le Divorce. La vi con mi madre y una escena sembró en nosotras un fetiche. Naomi Watts es una gringa viviendo en Francia y divorciándose de su esposo francés. Su suegra la atormenta. Reunidas es un departamento tomando café, la suegra abre la azucarera y encuentra azúcar en polvo. "Why don't you have sugar cubes like a proper French girl?" le dice acusándola de nunca haberse adaptado al país.

Un detalle que todos hubiéramos pasado por alto se vuelve relevante cuando te diferencia de los demás. Efectivamente, mi madre y yo encontramos que en Francia el azúcar se sirve en terrones para acompañar el café au lait sentado en esas mesas redondas diminutas. El azúcar refinada, no el Splenda y demás babosadas. Recordamos el momento de la película.



Desde entonces los terrones de azúcar tienen un significado especial para nosotras. No sólo es azúcar en un cubo, es azúcar como los franceses lo toman. Oui, très chic.

Ah, por cierto, si algún día vienen a mi casa y quieren azúcar en su café o té, adivinen cómo lo van a encontrar.