La generación anterior a la nuestra gusta de llamar a los jóvenes adultos entre 20 y 30 años los "ninis". ¿Qué quiere decir? Ni estudio, ni trabajo. *rim shot*
Como si se tratara de una competencia, más de una vez me ha tocado escuchar, "cuando tenía tu edad, ya era CEO y director general de cuatro multinacionales". No lo dudo un segundo, pero el error está en comparar los momentos.
El país, por no decir el mundo completo, atraviesa una situación mucho más complicada. Somos la generación que creció junto con la pandemia del SIDA, el hambre mundial, la contaminación, la sobrepoblación, las grandes crisis económicas y la pobreza extrema.
Somos la generación del desencanto. Egresados de la universidad, saldremos a pelear por los pocos empleos en un país sin oportunidades reales. Los pertenecientes a la clase alta son los pocos beneficiados que pueden asegurar un futuro estable. Y aún así en el nivel de vida que tendremos predominará la inseguridad, la violencia y la desiguladad social.
Qué fácil es echarnos la culpa, decir que somos inútiles y que no hemos logrado nada cuando somos nosotros los que tenemos que enfrentarnos a un mundo que su generación se ha llevado entre las patas.
Tengo noticias para ustedes: somos igual de pendejos e inmaduros que ustedes a esta edad, así que no hay razón para presumir su nostálgica grandeza. Sus mayores también los subestimaban y ustedes tampoco cumplieron sus expectativas.
En lugar de reconocer lo que verdaderamente significa una juventud desempleada, se sientan a burlarse y a tacharnos de huevones. ¡Vaya generación que son!
Somos lo que ustedes nos han enseñado y ante nosotros queda el mundo que nos han dejado. Nos enfrentamos a un reto mil veces más grande que ustedes, y ¿saben algo? Vamos a solucionar lo que ustedes no pudieron.