Para los pocos que no estaban enterados, decidí cursar mi sexto semestre de la carrera en la Universidad Complutense de Madrid. ¿Por qué? Porque tuve la oportunidad y sonaba sumamente divertido. Nunca me imaginé viniendo completamente sola, el plan era vivir con un amigo. Para nuestra suerte más compañeros de la carrera planearon lo mismo.
Los primeros días fueron complicados y muy presionantes. El clima, lluvioso y helado; nosotros, buscando un lugar donde vivir. Una vez instalados comenzamos a disfrutar de la experiencia de ir al súper, escoger, comprar, cocinar y sentarnos a gozar de los primeros platillos que preparamos con toda la autonomía e independencia posible. Un deleite para el adulto interior (para unos más interior que para otros).
La nostalgia familiar y hogareña nos pegó durísimo. Nada se compara con vivir en un mundo completamente resuelto, lleno de personas que te aman incondicionalmente. Pero no podíamos permitir que se nos notaran las ganas de estar en casa.
Encontramos apoyo el uno en el otro. Grata sorpresa el encontrar que la puerta justo enfrente de la nuestra es el departamento de otros estudiantes mexicanos, sin dudarlo buscamos amistar con ellos. Al cabo de unos días aparentábamos una vieja amistad.
Como si se tratara de una cena familiar cotidiana, cortesía de María y Jimena, hoy cenamos rico y abundante. Salimos a comprar lo necesario, desde la entrada hasta el postre. Como una familia perfectamente organizada, unos cocinan, otros ponen la mesa y otros lavan los platos, tuvimos nuestra primera experiencia de Madrid como un hogar. Podremos extrañar muchas cosas, pero la calidez sabremos encontrarla en donde quiera que estemos.
Encontramos apoyo el uno en el otro. Grata sorpresa el encontrar que la puerta justo enfrente de la nuestra es el departamento de otros estudiantes mexicanos, sin dudarlo buscamos amistar con ellos. Al cabo de unos días aparentábamos una vieja amistad.
Como si se tratara de una cena familiar cotidiana, cortesía de María y Jimena, hoy cenamos rico y abundante. Salimos a comprar lo necesario, desde la entrada hasta el postre. Como una familia perfectamente organizada, unos cocinan, otros ponen la mesa y otros lavan los platos, tuvimos nuestra primera experiencia de Madrid como un hogar. Podremos extrañar muchas cosas, pero la calidez sabremos encontrarla en donde quiera que estemos.
5 comments:
Hogareño y tranquilo. Un evento único porque los que estabamos sentados en la mesa pudimos ser nosotros. Con una plática amena convivimos y desnudamos nuestros pensamientos y sentimientos. Hogareño porque Jimena y María parece que ya las conozco como si fueramos amigos desde pequeños o como los vecinos. Natalia y Emmanuel son como los hermanitos molestos jajaja que sólo interrumpen en la comida. Totalmente hogareño porque así quisimos que fuera.
Que bueno que retomaste el blog.
Te quiero
atte: el de a lado
Natalia, nada más no quiero q te entre el síndrome del jamaicón ni tampoco que hagas la gatadita de regresar hablando con acento español.
Esta cena era justo lo que necesitabamos, se dio en el momento perfecto. Cuano Jimmy y yohabiamos empezado a perder las esperanzas, encontramos por fin unos amigos que nos abrieron las puertas de su casa y asi hemos ido formando una familia. It's like being home away from home.
Lo unico que me queda por decir es muchisismas gracais por todo muchachos! Ha sido todo un placer y asi seguira siendo!!
Nati.... espero q te vaya increible en este viaje!!!! me encantaría estar ahí contigo!!!! disfrutalo!
y always enjoy a nice home cooked meal!
Love u sapito!
el mundo es tu casa :)
love*
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