Hace un año durante la semana de la comunicación me tocó aventarme una conferencia acerca de revistas musicales que nunca voy a olvidar, con editores de revistas como Marvin, Rolling Stone México, y otras igual de "exitosas". La semana, en general, giró en torno a la música: la música y el cine, la música y los videojuegos, y en este caso, la música y las publicaciones. En la mayoría de los foros se discutían las nuevas tecnologías y cómo éstas estaban cambiando completamente la industria musical.
El panel invitado estaba compuesto por gente relativamente joven, o sea, seguro les tocó internet cuando todavía estaban chavos. Todo comenzó muy bien, hasta que entró el tema de publicaciones digitales y en línea. Algo les hizo corto circuito, a todos. Se quejaban de las bajas ventas porque la gente prefiere leer la revista en internet gratis a comprarla impresa. Ellos no querían que la página se convirtiera en la principal fuente de información de la revista, querían que sólo fuera un complemento. Buscaban implementar algo al estilo del periódico Reforma, pagas por la publicación, te regalamos el contenido de la página. Con la enorme diferencia de que no te suscribes a una revista de la misma manera en la que te suscribes a un periódico.
Cita directa de uno de los editores: "Los clicks no nos dan de comer". Un profesional del periodismo, quejándose de las publicaciones en línea, qué pequeñez mental. Pero todo se fue a la basura cuando escuché a cierta editora referirse a los lectores como "marros" por no querer comprar la revista. ¿Cómo es posible que tengan una visión tan limitada de su negocio? En cualquier momento iban a quemar computadoras y gritar "¡Internet es el diablo!"
Se acabó la era de las enormes compañías con miles de empleados, donde las ventas del producto se repartían para que alcanzara a toda la nómina. Hoy se necesita cada vez menos personal, menos espacio y menos producción física. Las industrias mediáticas y de entretenimiento deberían estar particularmente conscientes que internet cambió todo y no debería ser para quejarse de los consumidores que prefieren hacer las cosas en línea.
Google es el ejemplo clave para entender cómo podemos hacer dinero (mucho, mucho dinero) haciendo click. Desde vender espacios publicitarios hasta subastar un lugar en la lista de resultados, han hecho que Google se convierta en un imperio ilimitado. Oye, ¿a ti te cobra google? A mí no.
Después tenemos el caso de blogs, redes sociales y revistas específicamente en línea. Son contenidos que nunca se crearon para imprimirse. Nunca se planeó vender cada entrega a los lectores. La fórmula es muy sencilla: tú escribes, la gente te lee, vendes publicidad que se te paga proporcionalmente al número de visitas. Alguien pregúntele a PerezHilton.com si los 13 millones de hits diarios no le dan de comer.
Wikipedia y otras páginas de consulta funcionan de manera distinta. Donaciones y contribuciones mantienen a estos sitios vivos y funcionando. Las fundaciones detrás de muchas de estas bases de datos no se preocupan porque la gente sea "marra" y no pague subscripción. Están reconociendo que internet planteó un modelo nuevo de negocio, y se están adaptando a él. Aquí sobrevive el más apto. Ahem... ¿qué le pasó a Rolling Stone México?
Tratándose de un área gris, existen millones de opiniones. Pero algo es innegable, el que no se mueve con el mundo se queda atrás. Todos somos parte de la sociedad cibernética que está acabando con una industria que se fundó hace 200 años. Es cuestión de cambios, de entender que nada es mandato divino y que somos una especie basada en la evolución.
El panel invitado estaba compuesto por gente relativamente joven, o sea, seguro les tocó internet cuando todavía estaban chavos. Todo comenzó muy bien, hasta que entró el tema de publicaciones digitales y en línea. Algo les hizo corto circuito, a todos. Se quejaban de las bajas ventas porque la gente prefiere leer la revista en internet gratis a comprarla impresa. Ellos no querían que la página se convirtiera en la principal fuente de información de la revista, querían que sólo fuera un complemento. Buscaban implementar algo al estilo del periódico Reforma, pagas por la publicación, te regalamos el contenido de la página. Con la enorme diferencia de que no te suscribes a una revista de la misma manera en la que te suscribes a un periódico.
Cita directa de uno de los editores: "Los clicks no nos dan de comer". Un profesional del periodismo, quejándose de las publicaciones en línea, qué pequeñez mental. Pero todo se fue a la basura cuando escuché a cierta editora referirse a los lectores como "marros" por no querer comprar la revista. ¿Cómo es posible que tengan una visión tan limitada de su negocio? En cualquier momento iban a quemar computadoras y gritar "¡Internet es el diablo!"
Se acabó la era de las enormes compañías con miles de empleados, donde las ventas del producto se repartían para que alcanzara a toda la nómina. Hoy se necesita cada vez menos personal, menos espacio y menos producción física. Las industrias mediáticas y de entretenimiento deberían estar particularmente conscientes que internet cambió todo y no debería ser para quejarse de los consumidores que prefieren hacer las cosas en línea.
Google es el ejemplo clave para entender cómo podemos hacer dinero (mucho, mucho dinero) haciendo click. Desde vender espacios publicitarios hasta subastar un lugar en la lista de resultados, han hecho que Google se convierta en un imperio ilimitado. Oye, ¿a ti te cobra google? A mí no.
Después tenemos el caso de blogs, redes sociales y revistas específicamente en línea. Son contenidos que nunca se crearon para imprimirse. Nunca se planeó vender cada entrega a los lectores. La fórmula es muy sencilla: tú escribes, la gente te lee, vendes publicidad que se te paga proporcionalmente al número de visitas. Alguien pregúntele a PerezHilton.com si los 13 millones de hits diarios no le dan de comer.
Wikipedia y otras páginas de consulta funcionan de manera distinta. Donaciones y contribuciones mantienen a estos sitios vivos y funcionando. Las fundaciones detrás de muchas de estas bases de datos no se preocupan porque la gente sea "marra" y no pague subscripción. Están reconociendo que internet planteó un modelo nuevo de negocio, y se están adaptando a él. Aquí sobrevive el más apto. Ahem... ¿qué le pasó a Rolling Stone México?
Tratándose de un área gris, existen millones de opiniones. Pero algo es innegable, el que no se mueve con el mundo se queda atrás. Todos somos parte de la sociedad cibernética que está acabando con una industria que se fundó hace 200 años. Es cuestión de cambios, de entender que nada es mandato divino y que somos una especie basada en la evolución.
4 comments:
creative commons rulea!
Ayer leí que en México 23 millones de personas tienen acceso a internet. 23 millones de personas que quieren consumir información y estas personas no se dan cuenta de todo el potencial que tienen. ¿Qué pasa con la visión del mexicano y la adaptación?
En el WTC acaba de haber hace un par de días una conferencia de exactamente lo contrario jaja... intenteré buscar el link
¿Fue la expo Arte y Cultura? No estoy muy seguro pero creo que tenía que ver un poco con el tema.
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