Cuando estás a nada de amargarte contra el mundo descubres que no estás solo. Muchas personas a tu alrededor sufren de condiciones igualmente frustrantes que tú. No se si se trate de una adolescencia tardía, pero comienzo a creer que el momento más crítico en mi generación se vive entre los 20 y 23 años. Durante el tiempo en el que supuestamente debimos haber experimentado cambios drásticos de humor, problemas emocionales, rebeldía, confusión y otros trastornos vivíamos plenos y felices. Es en el umbral de nuestra vida adulta que nos encontramos al borde de un ataque nervioso.
Después de haber platicado con varias personas cercanas a mí, concluí que mi generación está teniendo una serie de cambios hormonales caraterísticos de un quinceañero. Al menos nos tenemos los unos a los otros, aunque sea vía Facebook, Twitter o Messenger.
Cierto profesor mío (el peor caso de overachiever jamás visto) se encuentra utilizando a sus alumnos como sujetos de experimentación intentando explicar la felicidad. Sí, un doctorado en la felicidad. Discusiones acerca de la subjetividad del tema, ¿qué nos hace realmente felices? Las condiciones bajo las cuales nosotros nos encontramos determinan completamente qué entendemos por felicidad y encima de todo, si somos o no felices.
Situémonos ante nuestra realidad. Estamos a menos de un año de encontrarnos con un mundo laboral incapaz de emplear a la mayoría de los egresados. De las personas que podrán encontrar un empleo de acuerdo a su carrera e intereses, pocos tendrán una remuneración que satisfaga la vida a la que han estado acostumbrados. ¿Bajo qué criterio entendemos la felicidad?
Aunque suene muy de hueva, carecemos de referencia moral alguna. Estamos confundidos acerca de cuál es el la manera correcta de actuar y de acuerdo con qué principios vivir. Nos agobia pensar que mantenernos fieles a lo que creemos que está bien, resultará en más problemas de los que queremos enfrentar. ¿Qué hacer?
No es que busque una explicación, es más como una muestra de apoyo. Tal vez la madurez viene con más sorpresas de las que esperábamos y no podemos evitar sentir que nos carga el carajo. Bienvenido al mundo real, es una mierda.
Aunque suene muy de hueva, carecemos de referencia moral alguna. Estamos confundidos acerca de cuál es el la manera correcta de actuar y de acuerdo con qué principios vivir. Nos agobia pensar que mantenernos fieles a lo que creemos que está bien, resultará en más problemas de los que queremos enfrentar. ¿Qué hacer?
No es que busque una explicación, es más como una muestra de apoyo. Tal vez la madurez viene con más sorpresas de las que esperábamos y no podemos evitar sentir que nos carga el carajo. Bienvenido al mundo real, es una mierda.
3 comments:
"Bienvenido al mundo real, es una mierda."
Nah.
Life is awesome... everyone just overreacts...
Ayer vi una nube bien buena onda.
The real world sucks. But you're gonna love it.
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